El royalty en la Excusa de la Reconstrucción

Para todo el país los acontecimientos de fines de Febrero recién pasado, no han sido indiferentes. El gran terremoto y maremoto que afecto a la Zona Centro Sur Chilena, dejo más que solo muertos y desolación. Una gran cantidad de personas que han visto cambiada su vida para siempre.

Pero ha sido bajo esta tragedia que muchas de las actuales políticas de estado se han respaldado. Ya lo hemos visto con el recorte de los presupuestos para otras regiones, bajo la excusa de la re destinación de fondos para la reconstrucción. El caso más emblemático es el del puerto nortino de Tocopilla, que dejo un proceso similar con el Terremoto que los afecto en el 2007. Donde todos los proyectos que estaban por ser finalizados o ejecutados desde este año han sido afectados por esta reasignación de los fondos regionales donde se ha priorizado a la gente del Sur. Pero sin embargo vemos que el gasto fiscal en otras materias, como el área militar no ha sufrido alteraciones. Solo bajará en un porcentaje cercano al 3%, debido a la baja de instalaciones en  venta en el plan de reducción de espacios que han iniciado las fuerzas armadas en los últimos años.

Pero este no es solo el tema. En materia de educación superior el gasto fiscal no ha sufrido grandes alteraciones, incluso en las zonas afectadas. Lo que ha levantado una serie de demandas de las organizaciones estudiantiles lideradas por el CONFECH, en relación con lo mismo.

Pero ahora aparece este nuevo chiste del gobierno que es el proyecto de Royalty a la minería, que supone un aumento en el cobro de impuesto a las compañías explotadoras en un porcentaje mínimo. A propósito de lo mismo Francisco Castañeda (economista USACH) señala para “el Mostrador”: “Respecto al Royalty Minero aplicado en Chile, este es uno de los más bajos del mundo (escalonado, deja exento a PYMEs mineras y llega en un tope máximo al 5% del resultado operacional, sin imputar los créditos externos que abultan los costos). Ha acumulado 3 mil millones de dólares desde su aplicación, y su recaudación promedio bordearía los US$ 500 millones de anuales. Técnicamente no es un impuesto, y más bien equivale a un pago por el uso del cobre, que se encuentra en el subsuelo, el que no estará disponible para las generaciones futuras. El Consejo Minero a través de un fuerte lobby desaprueba el cambio en el royalty porque “se violarían los contratos, el derecho de propiedad, y afectaría a la futura inversión extranjera”. Además cambiaría la cláusula de invariabilidad tributaria que posibilitó el anterior cambio en las “reglas del juego” cuando la tasa del royalty era cero.”

Pero con los actuales anuncios no basta, y es necesario hacer un poco de memoria, ya que el fiasco tributario que beneficia especialmente a las grandes transnacionales comenzó el 2005 con la ley de royalty qué fue impulsada y aprobada en gobierno del Concertacionista Ricardo Lagos. Donde se fijó una tasa de impuesto inferior a la que existía, pero se entregó la garantía de la invariabilidad de este cobro por un plazo de años que vencería recién el  2017. Osea negocio redondo para este lucrativo sector de explotación.

¿Qué pasa entonces con la actual modificación a esta ley?

Bajo la idea de un gobierno de superhéroes que todo lo solucionan y ven solo por el bien del pueblo (señalando estar por sobre los intereses empresariales, pese a ser todos del área empresarial y económica de Chile), lo que pretende el actual gobierno es en definitiva aumentar el impuesto en una cantidad irrisoria, pero como la invariabilidad esta establecida en la ley de Lagos, este sería voluntario, entregando una extensión del plazo en algunos años más, pero a partir del 2018, las empresas volverían a los porcentajes actuales. Ósea toda una gran farsa para seguir beneficiando a quienes sin pudor han lucrado con los recursos naturales que poseemos, contaminando y desgarrando nuestro medio ambiente. Por eso es importante poner atención en cada jugada política que se establece, desde cualquier sector. Que no velan por intereses populares, sino por los de una pequeña minoría, potenciando un sistema aristócrata, que nada tiene de democrático.

Aquí en chile no es necesario seguir entregando garantías a las grandes empresas, las garantías se deben de entregar al pueblo, pero el único que las puede reclamar es el mismo pueblo. Si realmente se aumentaran los impuestos a la minería o esta pasara por completo  un manejo del estado, la calidad de nuestra educación, salud, vivienda y transporte podría ser de la mejor calidad.

Por eso no a los superheroes enmascarados, héroes de los ricos y villanos de pobres.